La capilla del Pilar de la catedral de Lugo expone piezas representativas del  culto en este templo y del rico patrimonio de la diócesis lucense. Por Cristina López Óscar Cela
  
Una cruz reliquia con crucifijo, obra de Juan de Bolonia, y un  cáliz con sobrecopa donado a la catedral de Lugo por el obispo Vaamonde son dos  de las más destacadas piezas que componen la exposición O esplendor da presenza,  abierta desde el pasado día 3 en la capilla del Pilar de la catedral de  Lugo.
La muestra la forman 25 piezas de gran valor artístico, algunas  de las cuales pueden ser admiradas de cerca por primera vez por el gran público.  Buena parte de esas obras pertenecen a la catedral, pero hay también cinco  objetos de colecciones privadas y cuatro más procedentes de parroquias de la  diócesis lucense.
En este último grupo se encuadra, por ejemplo, la cruz a la que  se hacía referencia al principio. Pertenecía al colegio del Cardenal de Monforte  (hoy Escolapios) y tenía un crucifijo de marfil que fue robado por los  franceses, que arrasaron además con toda la ropa del culto. Para poder seguir  oficiando la recibieron en préstamo de la iglesia de Santa María da Régoa, que  acabó recibiendo como presente esa cruz con el crucifijo de bronce que en la  actualidad posee.
Los recursos de la catedral eran escasos, como reconoce César  Carnero, delegado diocesano de Patrimonio y comisario de esta exposición junto  con Carolina Casal, por lo que buena parte de las piezas que aquí muestra son  fruto de donaciones y regalos. Ocurre así con el mencionado cáliz, que presenta  la particularidad de tener tapa, lo que permitía que fuese utilizado a modo de  custodia portátil en las procesiones de Semana Santa. Un regalo, en este caso  del arzobispo Rajoy, es también la capa pluvial con llamativos motivos barrocos  que se puede ver en esta exposición.
Pero en esta muestra no solo hay piezas entregadas en obsequio  por autoridades religiosas, sino también algunas recibidas por los obispos, como  el valioso báculo regalado por el Ayuntamiento de Lugo.
Además del mencionado cáliz con sobrecopa, se exponen otros cuatro cálices que  cubren un amplio espectro temporal: uno renacentista, del obispo Delgado, que es  obra del orfebre madrileño Martín de Arrandolaza; otro barroco, procedente tal  vez del Nuevo Mundo; un tercero neoclásico, de la Real Fábrica de Platería  Martínez -todos pertenecientes al tesoro de la catedral-; y por último, de  colección particular, un moderno cáliz de plata y marfil, que se expone con sus  patenas, y que constituye un notable ejemplo de la renovación de la orfebrería  litúrgica a principios del siglo XX.
En la exposición O esplendor da presenza, que cuenta con el  patrocinio de la Diputación Provincial, se recrea un altar del siglo XVII con  todos los utensilios para la eucaristía. La muestra se completa con otras  prendas de uso litúrgico, una preciosa ara negra del altar mayor de la catedral,  dos portaviáticos (pequeñas cajitas en las que se lleva la comunión a un enfermo  o el viático, es decir la última comunión como auxilio en el camino al cielo) de  colección particular de los siglos XVIII y XX, un misal de 1749, de la  Architipografía Plantiniana, de Amberes, y dos blasones, el del Reino de Galicia  y el del Concello de Lugo, que lleva la leyenda que da título a esta muestra:  «Hoc hic mysterium...».
Acostumbrados a verla en lo alto del altar mayor de la catedral,  la custodia de Juan Sáenz de Buruaga, donada a este templo en 1772 y obra de  Manuel Timoteo Vargas Machuca, es, por así decirlo, la pieza estrella de esta  muestra y la obra que, según César Carnero, «xustifica por si soa esta  exposición». Esta custodia, donde se expone permanentemente el Santísimo  Sacramento, privilegio del que la catedral de Lugo goza desde la Edad Media, no  se había retirado de su lugar habitual desde 1860, por lo que esta es una  oportunidad única de poder observarla a una altura que permita examinar  pormenorizadamente, tanto por su parte anterior como posterior, los detalles de  esta pieza de incalculable valor artístico, que se ha ido enriqueciendo con  joyas de numerosos fieles.




Comentarios
Publicar un comentario