España vence a Odyssey en Tampa




El juicio que enfrenta a España y los cazatesoros de Odyssey Marine Exploration (OME) ha concluido con la victoria española.

La carga de 600.000 monedas de oro y plata expoliada de los restos de La Mercedes deberá ser devuelta en un plazo de diez días.

`La inefable verdad de este caso es que La Mercedes es un buque naval español y que su pecio, la carga y todos los restos humanos y pertrechos que naufragaron con él son natural y legalmente patrimonio de España y deberían en recta conciencia y conforme a derecho yacer para siempre sin que nadie los perturbe salvo que haya consentimiento de España y a pesar de cualquier aspiración privada en contra´.

Así de contundentes son los términos de la victoria de España en el juzgado de Tampa, en el proceso que enfrenta a nuestro Estado contra los cazatesoros de Odyssey Marine Exploration (OME), a los que el juez Steven D. Merryday halla responsables de que `La Mercedes ha sido perturbada irreparablemente y su carga traída a Estados Unidos sin el consentimiento de España y saltándose los venerables principios de la ley, sin que ello haya supuesto conferir jurisdicción a los Estados Unidos para litigar por la propiedad de toda o parte de la carga ni tampoco haya otorgado poderes a EE.UU para obligar a un Estado soberano como España a aparecer y defenderse en una corte estadounidense´.

En su sentencia, que da diez días a los cazatesoros para devolver la carga de 600.000 monedas de plata y oro y otros objetos a España, el juez Merryday asume como propio el Reporte y Recomendación (R&R) que emitió en junio pasado el juez Mark Pizzo, en el que se daba toda la razón a España en este caso. Merryday opina que el R&R es `meticuloso e intuitivo´. Es más, afirma que después de estudiarlo y confrontarlo con las objeciones de los cazatesoros `sólo podría añadirse longitud pero nada de profundidad ni claridad a la disputa´.

Porque para el juez, la documentación presentada por España, junto con las respuestas de las partes en litigio, OME y el Estado de Perú, fundamentalmente, constituyen una verdadera enciclopedia sobre la controversia que ha quedado aclarada en esta sentencia, firmada anoche. El juez destaca que el proceso ha arrojado luz a un conflicto con raíces en la historia naval, la legislación regular que gobierna a las naciones en sus actividades en el mar, la fascinante aspiración de recuperar una saludable relación asociada a los conflictos internacionales y el objetivo de una respetable y eficiente preservación de los naufragios de buques de Estado y de sus ocupantes y sus cargas, así como floecos de la historia colonial y los conflictos que aún reflejan. Pero después de estudiar detenidamente toda esa enciclopedia, el juez ha llegado a la conclusión de empatizar con la posición española.

Aunque aún es posible que OME la apele, esta sentencia del juez Merriday de Tampa (Florida) ratifica los términos de la recomendación que el pasado verano realizó el juez Pizzo y que era absolutamente favorable a las tesis españolas. De hecho el juez endosa la recomendación de Pizzo y la hace suya porque la considera correcta en todos sus términos.

Como se recordará, el pleito ha durado dos años y medio, desde que a mediados de mayo de 2007 OME exportase en secreto dos aviones cargados con el resultado de sus trabajos en aguas cercanas al Estrecho de Gibraltar. España puso en manos del abogado James Goold la defensa de nuestros intereses, que se ha saldado con un contundente respaldo del Tribunal al hecho de que La Mercedes era un barco de Estado, un barco del Rey en misión oficial, a pesar de que transportar también fortunas privadas.

Uno de los pasos claves en el proceso se produjo cuando el abogado José María Lancho demostró, tal y como publicó ABC, que los descendientes de todos aquellos que llevaban propiedades a bordo de La Mercedes ya fueron indemnizados en un proceso público y largo que se prolongó desde 1804, fecha del hundimiento de la fragata, hasta 1870.

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