Concluye restauración en Capilla de Oaxaca


Resultado de dos años de trabajo de restauración, cinco retablos, diversos relieves barrocos y 14 pinturas de mediano y gran formato de la Capilla del Santo Cristo, en el municipio de Tlacolula de Matamoros, Oaxaca, fueron atendidos por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia, con lo que se concluye la primera etapa de conservación de este patrimonio cultural creado en los siglos XVII y XVIII. La propia comunidad fue quien solicitó el rescate del legado artístico e histórico de más de 250 años de antigüedad que resguarda la pequeña capilla, la cual fue construida por la orden dominica —posiblemente en el siglo XVI— y que se ubica a un costado del Templo de Nuestra Señora de la Asunción.

Lilia Rivero Weber, coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, informó que "el Instituto en su compromiso con las labores de conservación, protección y difusión de los bienes culturales del país, ha invertido hasta el momento 5.2 millones de pesos en la atención de esta destacada joya arquitectónica del arte barroco de Oaxaca".

La restauración implicó el rescate de una vasta cantidad de relieves de cal distribuidos en cúpula y paredes, la intervención de 14 pinturas de caballete de mediano y gran formato del siglo XVIII, y la recuperación estética de cinco de los ocho retablos finamente decorados con hoja de oro, que datan de principios de los siglos XVII y XVIII; lo que representa 60% de avance en los trabajos de restauración de la capilla.

El restaurador Salvador Guillén Jiménez, coordinador de las labores en el inmueble, mencionó que los relieves —con representaciones de santos, mártires, arcángeles, ángeles, cristos y vírgenes, que fueron hechos con cal y bellamente decorados con hoja de oro y pinturas al temple— presentaban problemas de suciedad, barniz oxidado o ennegrecido, repintes poco afortunados, así como algunas fracturas, fisuras, golpes e incluso faltantes y abrasión, principalmente en la parte inferior.

En lo que respecta a la atención de los cinco retablos, cuatro de ellos, conformados por fragmentos de madera unidos del siglo XVIII, presentaban desfasamiento y separación de las partes, debilitamiento y ahuecamiento de la madera por ataque de termitas, abrasión de los bancos, formación de grietas por humedad, pérdida de pintura y ennegrecimiento de la hoja de oro, además de algunas fisuras y faltantes.

En el caso del quinto retablo, dedicado a la Virgen de la Soledad, y que a diferencia de los otros data del siglo XVII y está hecho con cal. "Su mayor problema era el ennegrecimiento del barniz, en gran medida por el humo de las velas, el cual se pudo quitar con solventes orgánicos que permitieron recuperar sus colores y brillo originales".

La coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural comentó que para este año, se tiene proyectada la realización de la segunda temporada de restauración, en la que "se contempla la intervención de los dos retablos faltantes del crucero de la capilla, y del principal que está en el altar; de los relieves asociados al retablo principal y de las siete esculturas policromadas y estofadas de la capilla; la fumigación e integración de faltantes en los cuatro pilares del presbiterio; así como la recuperación e integración cromática de la pintura mural del guardapolvo".




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